
Ayer mismo, como pudisteis leer, pronostiqué un partido de emociones, un partido de gran fútbol. Parecía que lo iba a ser.
Sin embargo, fue un autentico tostón.
La principal culpa de esto lo tiene el señor Guus Hiddink, símbolo de algunos del fútbol ofensivo, pero que ayer nos mostró la cara más conservadora.
Y es que en Londres temían la capacidad ofensiva del Barcelona en su estadio y estaban seguros de que en Stamford Bridge podían ser mejores.
Con estas pretensiones, Guus planteo el partido de ayer como un puente hacía el partido en casa. Un puente basado en no encajar gol, jugar lo menos posible, y renunciar totalmente al ataque.
Una posición puede que inteligente, incluso razonable. pero verdaderamente poco atractiva para el público.
El Barcelona por su parte contribuyó al objetivo del Chelsea. No siendo fácil atacar una defensa de la categoría a la que se enfrentaran, se mostraron nerviosos, muy nerviosos, lo que se tradujo en imprecisión, y en algunos casos muy poco inspirados.
Particularmente fueron desastrosos los partidos de Samuel Eto'o y Lionel Messi. Este último resto más que sumó a su equipo.
Un Alves demasiado acelerado, Henry y quizás Iniesta, fueron los únicos que estuvieron al nivel de abrir con inteligencia la defensa contrario, buscando con mucha mayor fluidez la puerta contraria.
Aunque finalmente, todo fuera en vano, sobre todo empañado por la lesión de Rafa Marquez y la absurda sanción de Carles Puyol.

No me cabe duda que el Chelsea será mucho más en su campo, que lo visto ayer. Mucho más agresivo en la zona de media cancha, con el objetivo de tener más posesiones en la cercanía del área, más valiente y con mayor ambición. El Barcelona lo tiene crudo. Veo la cosa al 70% para los británicos, personalmente.